Un campo en modo de Potrero 

Un campo en modo de Potrero 

La jornada del pasado  jueves en Maturín quedará grabada en la memoria de los aficionados y jugadores,  por el estado  del campo de juego. En un evento que enfrentó a la selección venezolana y argentina en la fecha 9 de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026, un torrencial aguacero antes del inicio del partido transformó la cancha en un auténtico pantano. A pesar de las dificultades, la organización decidió proceder con el encuentro, que culminó en un deslucido empate 1-1.

El pitazo inicial estaba previsto para las 5 de la tarde, hora local, pero ya desde el calentamiento se hizo evidente que el juego no podría comenzar a tiempo. Un tiro libre de Lionel Messi golpeó el travesaño y la pelota, en lugar de rebotar, quedó incrustada en un charco, mientras que un ejercicio de calentamiento entre los porteros suplentes mostró cómo el balón se sumergió sin picos ni rebotes. Este espectáculo causó incredulidad y risas entre los jugadores, quienes entendieron que el escenario era inusual y casi cómico.

Ante esta situación, el cuerpo técnico argentino, liderado por Lionel Scaloni y Pablo Aimar, intentó solicitar la suspensión o al menos el retraso del partido a un directivo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), pero su apelación no surtió efecto. Así, el inicio del juego se demoró solo media hora, y las condiciones del terreno siguieron siendo lamentables. 

«Fue muy difícil. Se hace el partido muy feo, muy trabajo, no podíamos dar dos pases seguidos (…). Es difícil jugar así”, expresó Leonel Messi.

 

Fuente: Meridiano