Mayas y Aztecas: Dos imperios diferentes

Mayas y Aztecas: Dos imperios diferentes

La historia precolombina de México puede ser mucho más compleja de lo que esperas y, en ocasiones, se generan confusiones entre dos de sus civilizaciones más importantes. Aunque ambos se desarrollaron en territorio mexicano antes de la llegada de los europeos, sus visiones, ubicaciones y tradiciones fueron distintos, conformando legados culturales destacables.

Una de las principales características que diferencian a estas dos civilizaciones se centra en su ubicación geográfica. Los mayas se asentaron en la región sureste de México, extendiendo su tradición a lo que hoy conocemos como Guatemala, Honduras y El Salvador. Esta área geográfica, compuesta por selvas tropicales y tierras, fue el escenario de su nacimiento. Por otro lado, el imperio azteca se desarrolló en el centro y la región del golfo de México, con su capital, Tenochtitlán, en el corazón de la actual Ciudad de México.

En cuanto a la cronología, la civilización maya alcanzó su culminación mucho antes que los aztecas, aproximadamente unos 400 años. Los mayas experimentaron su Clásico Tardío (600-900 d.C.), un periodo conocido por su cultura y arquitectura, mientras que el imperio azteca fundó su dominio en el siglo XIV y mantuvo su liderazgo hasta la llegada de los españoles en 1521. Esta diferencia temporal destaca que no fueron contemporáneos, sino que siguieron como potencias en la región.

Las innovaciones de cada civilización también demuestran contrastes. Los mayas son reconocidos por su sistema de escritura, que incluía una compleja «combinación de ideogramas y fonogramas». Esta forma de comunicación les permitió registrar su historia, astronomía y rituales en estelas y monumentos. Además, los mayas mostraron su profunda comprensión matemática, siendo pioneros en el desarrollo del concepto del número cero, hecho hito que les facilitó realizar cálculos astronómicos precisos. Esta capacidad en matemáticas y astronomía se reflejó en la construcción de pirámides ceremoniales, cuyas alineaciones a menudo respondían a «eventos celestes».

Por su parte, los aztecas, aunque también construyeron pirámides y desarrollaron sistemas complejos, se caracterizaron por sus innovaciones en la agricultura. Para alimentar a una población creciente, desarrollaron las chinampas unas islas flotantes artificiales que convertían «áreas lacustres en tierras cultivables» productivas. Acompañaron esto con sistemas de drenaje, lo que les permitió maximizar la producción de alimentos y sostener su imperio.

Comprender las diferencias entre mayas y aztecas es un paso esencial para apreciar la diversidad y la complejidad de las culturas precolombinas de Mesoamérica. Asimismo, validar sus logros individuales y sus particulares caminos históricos nos permite construir una visión más diversa de la herencia cultural que estas civilizaciones dejaron, comprendiendo las diferencias entre dos imperios que continúan influyendo no solo en sus naciones, sino también a nivel global, según reseña Curiosamente.com