La trayectoria de una estrella: el legado de Silvia Pinal

La trayectoria de una estrella: el legado de Silvia Pinal

La leyenda del cine mexicano falleció el jueves 28 de noviembre a los 93 años tras ser internada por una infección urinaria, aunque hasta el momento se desconocen las causas exactas de su muerte. Conocida como la “Gran Diva de México”, dejó un legado artístico en la pantalla grande, teatro y televisión, además fue considerada una de las actrices más importantes en la historia del país, logrando marcar la industria durante el siglo XX.

A través de redes sociales distintas entidades lamentaron el fallecimiento de la estrella de la televisión mexicana, La Secretaría de Cultura de México señaló que, “su legado perdura como un pilar fundamental del cine, el teatro y la televisión en México”, afirmó. Mientras que la Asociación Nacional de Intérpretes escribió: “La Pinal es madre de nuestras socias, Sylvia Pasquel y Alejandra Guzmán, a quienes mandamos nuestras más sentidas condolencias; mismas que extendemos a toda su familia, amigos y a los miles de seguidores que extrañaran a esta gran intérprete”.

El arte de vivir en el espectáculo

Nacida en 1931 en Sonora- México, Silvia mostró desde joven interés en las artes escénicas, lo que la llevó a debutar en el cine en 1949 con «Bamba», desde aquí la actriz mexicana participó en más de 83 películas, incluyendo «El rey del barrio» y «Viridiana». En teatro, protagonizó obras como ‘Mame’ y en televisión fue conductora de ‘Mujer, casos de la vida real’ por 22 años, el cual fue un éxito televisivo durante años. Su versatilidad la convirtió en una figura reconocida en la industria del entretenimiento, junto a María Félix y Dolores del Rio conformaron el conocido “trio de actrices legendarias de la época dorada del cine mexicano”, reseñó Voz de América.

Durante el año 1956 compartió pantalla con Vicente Fernández en la película “El inocente”, mientras que en 1962 junto al director español Luis Buñuel protagonizó «El Ángel».  Otras de sus grandes participaciones fueron «Los Caños de San Sebastián» (1968), y «Veinticuatro horas de placer» (1969) junto al actor Mauricio Garcés.

Mujer, casos de la vida real

Este proyecto nace tras el terremoto de 1985 en la Ciudad de México, con el objetivo de ayudar a encontrar a los familiares desaparecidos tras el desastre. El programa logró evolucionar y se mantuvo durante décadas, donde en cada capítulo comenzaron a contar las historias de mujeres que se enfrentaban a diferentes problemáticas de la vida dejando al final de cada episodio una moraleja.