
La historia de Nikola Tesla: Un legado eléctrico
Nacido el 10 de julio de 1856 en Smiljan, Croacia, este ingeniero demostró desde temprana edad un profundo interés por la ciencia y la electricidad, una pasión que sería moldeada por la influencia de su padre, un sacerdote ortodoxo, y su madre, una inventora de dispositivos domésticos. Considerado uno de los inventores más influyentes de la historia, este croata hizo de su sueño, una revolución en la forma que distribuimos y usamos energía, según reseña National Geographic.com.es
Sus inicios estuvieron marcados por las dificultades que, en lugar de desanimarle, lo incentivaron a luchar por sus sueños. A los 17 años, una grave enfermedad puso en riesgo su vida, pero la promesa de su padre de apoyarlo en sus estudios de ingeniería lo impulsó a una recuperación completa. Esta determinación lo llevó a la Universidad Politécnica de Graz y, posteriormente, a Praga, donde, a pesar de no completar su grado, obtuvo los conocimientos necesarios que más tarde aplicaría en sus creaciones.
La «Guerra de las Corrientes»
En 1881, Tesla comenzó su carrera profesional en Viena, trabajando para la Compañía Nacional Telefónica. Por su parte, en 1884, arribó a Nueva York, donde su encuentro con Edison desataría una de las rivalidades más significativas en la historia de la ciencia. Mientras Edison defendía la corriente continua (CC) como el futuro de la distribución energética, Tesla apoyaba la corriente alterna (CA), reconociendo su superioridad para la transmisión de energía a largas distancias.
Las diferencias con Edison llevaron a Tesla a fundar Tesla Electric Light & Manufacturing en 1886. Sin embargo, la falta de apoyo para “su innovador motor de corriente alterna” resultó en un fracaso inicial, obligándolo incluso a trabajar como obrero para ahorrar dinero para impulsar su diseño. A pesar de estas adversidades, Tesla logró presentar su revolucionario motor de inducción sin escobillas en 1887. Al año siguiente, se unió a la Westinghouse Electric & Manufacturing Company, una alianza que lo impulsó a uno de sus proyectos más importantes: la generación de electricidad a gran escala utilizando la fuerza de las cataratas del Niágara, según reseña autobild.es
Para 1898, presentó el Teleautomaton, el primer dispositivo de radiocontrol, un diseño que, a pesar de que no tuvo éxito comercial en su momento, fue un precursor de la tecnología moderna. Nikola Tesla falleció el 7 de enero de 1943 en Nueva York, dejando garantía de que sus sueños se convirtieron en su legado.
La historia de Nikola Tesla ejemplifica la lucha qué hay detrás de sus inversiones y, como estas de algún modo, después de décadas, continúan formando parte de nuestra realidad. Sus más de 300 obras patentadas, entre los que destaca la corriente alterna, transformaron la civilización que hoy conocemos, marcando el legado de un inventor invisible que continúa influyendo en la chispa de la modernidad.