
Kamchatka experimenta un terremoto histórico
Un terremoto de magnitud 8.8 sacudió la península de Kamchatka en Rusia, generando alertas de maremotos en las regiones del Pacifico. El temblor, con un epicentro a tan solo 18.2 kilómetros de profundidad, se convierte en el sexto sismo más fuerte de la historia. Asimismo, este ha generado preocupación ante las posibles consecuencias en las costas desde Estados Unidos hasta Filipinas.
Las autoridades se encuentran evaluando las consecuencias del terremoto, mientras que los sistemas de avisos previos al tsunami han activado protocolos de emergencia en países y territorios como Japón, Taiwán, Alaska, Hawái, Chile y México. Hasta los momentos las diferentes naciones se han encargado de establecer la calma entre la población, mientras se reducen las señales de alerta. Por otro lado, la situación actual comienza a desempolvar uno de los desastres naturales más devastadores de la historia: el megaterremoto que afectó al país nipón en el año 2011.
El terremoto que cambió la historia de Japón
La tragedia actual nos presenta dos escenarios destacados: la vulnerabilidad de las comunidades costeras y la tragedia que vivió el país nipón el 11 de marzo de 2011. Esta catástrofe marcada por un terremoto de magnitud 9.1, precedido por un sismo de 7.2 dos días antes, cambio la vida de millones de personas. En apenas media hora, olas de hasta 40 metros de altura arrasaron la costa noreste de la nación, dejando cerca de 15,000 fallecidos y aproximadamente 2,500 personas desaparecidas.
La devastación generada tras el tsunami no solo se presentó en pérdidas humanas y destrucción de infraestructuras locales, sino que dio paso a la peor crisis nuclear desde Chernóbil. El maremoto provocó un accidente en la central nuclear de Fukushima Daiichi, clasificado con el nivel 7 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares. La liberación de radiación obligó a la evacuación de una zona de 20 kilómetros alrededor de la planta, además del vertido de millones de litros de agua contaminada al océano Pacífico, lo que hasta la actualidad ha generado efectos en el medio ambiente.
La comunidad internacional sigue de cerca la evolución de la situación en Kamchatka, mientras se tiene en cuenta las medidas de prevención y las lecciones aprendidas de desastres anteriores, las cuales son esenciales para disminuir el impacto de este nuevo evento. Por su parte, la catástrofe de Japón nos recuerda la vulnerabilidad de las zonas costeras y como el movimiento de la tierra puede cambiarles la vida a miles de personas en cualquier momento, según reseña DiarioAs.com