
Viernes Santo: Un día de duelo en la fe cristiana
En esta fecha, innumerables creyentes participan a nivel mundial en la conmemoración de la crucifixión de Jesucristo, la cual nos absuelve del pecado y asegura la vida eterna. Este día sagrado, que mantiene un significado profundo, se define por una serie de rituales y costumbres que enmarcan el dolor y la solemnidad de los acontecimientos que vivió Jesús.
Desde temprano, las iglesias se preparan para esta conmemoración, las imágenes sagradas son tapadas por telas moradas, lo que le indica a los fieles creyentes que se encuentran en un momento de luto y reflexión. En este día no se celebra la Santa Misa, en cambio, los sacerdotes presentan un sermón sobre la pasión de Cristo, centrándose en los eventos primordiales del sacrificio del Salvador, mientras que el Sagrario se mantiene abierto, lo que significa la ausencia física de Jesús, según reseña Calendarr.
¿Qué ocurrió el viernes santo?
La traición de Judas Iscariot se muestra como uno de los episodios más destacables, cuando uno de los doce discípulos ofrece a su maestro por treinta monedas de plata. Posteriormente, Jesús es detenido y escoltado ante Poncius Pilato, quien, a pesar de no encontrar culpa en él, cede en las influencias de los líderes religiosos y la multitud. En un gesto simbólico de desentendimiento, Pilato se limpia las manos, lo que significa la transferencia de la responsabilidad al pueblo.
La asamblea, influida por las guías espirituales, opta por liberar a Barabás, un delincuente, en lugar de Jesús. A medida que avanza la narración, se representa el camino doloroso que Jesucristo recorre hacia Golgota. Despojado de sus vestiduras, fue golpeado y lastimado, para posteriormente colocarle una corona de espinas, pero a pesar de su sufrimiento, Él continúa cargando con la cruz.
El final de esta narración se materializa a las tres de la tarde cuando Jesús entrega su espíritu. El cielo se oscurece y la tierra se sacude, mostrando cuán significativo es el evento. Tras el fallecimiento de Jesucristo, José de arimatea, un afiliado de Sanedrín que ocultó sus creencias, pidió su cadáver, le dio santa sepultura y lo colocó en una cueva sellada por una piedra, lo que significa la conclusión del ministerio del Servicio terrenal del Hijo de Dios.
Durante este día, la iglesia católica realiza la procesión del santo sepulcro junto a la dolosa, la imagen de la Virgen María. Asimismo, muchos cristianos optan por no consumir carne, ni realizan trabajos de construcción o limpieza en sus hogares, en señal de respeto. Así, este Viernes Santo se convierte en un recordatorio del amor y el sacrificio que define la fe cristiana, invitando a todos a unirse en oración y duelo mientras esperan con anhelo la llegada del Domingo de Resurrección.