Valentino deja huella con un desfile de cuento de hadas

Valentino deja huella con un desfile de cuento de hadas

La colección presentó un abre bocas de lo que veríamos en la pasarela a través de redes sociales. Flanqueados por el atardecer veraniego, este desfile de Valentino parecía guionado por algún cuentista de esos que nos hacen soñar y vivir en mundo de fantasía.


Y que mejor locación que uno de los edificios más queridos de Francia, el Château de Chantilly,
que sirvió de anfitrión para que las modelos caminarán sobre los jardines, las innumerables piezas que solo Valentino sabe confeccionar.



Bajo el mando de Pierpaolo Piccioli el director creativo de la firma se desarrolló este desfile, el cual contó con 300 personas invitadas a este fastuoso castillo que data de 1560.

Para esta colección de Alta Costura, Piccioli propone una nueva sobriedad, mucho más fresca, juvenil y más relajada.



El desfile lo abrió Kaia Gerber con un look compuesto por vaqueros y camisa blanca, y zapatillas planas con lazo; siendo este look de los más viralizados y comentados en redes sociales.



La pasarela contó con 76 modelos que lucieron creaciones pertenecientes a la Colección Otoño/Invierno 2024.
 
Otro de los looks que impacto en esta pasarela fue el que protagonizó una modelo negra ataviada con un vestido blanco, como si fuera la dueña del castillo.


 
Uno de los outfits más bonito fue un vestido de seda de color salmón con la espalda descubierta que Adut Akech lució con gran elegancia.


 
Nadie se quiso perder este desfile que por largo tiempo quedará en la retina de los expertos. Una de ellos Donatella Versace, quien estuvo sentada en la primera fila. «Formidable», exclamó Versace mientras un pequeño grupo de seguridad y varios relacionistas públicos ingleses se mantenían pegados a ella.

Una colección compuesta por 76 looks, donde el dramatismo fue el punto focal de esta muestra. Varios de los looks estuvieron focalizados en colores específicos: verde caza; un azul algo más claro que el Yves Klein y varios rojos pecaminosos Valentino.


 
«Quería una expresión de igualdad en un chateau, un castillo, que es famoso por sus reglas.  Ni reyes, ni reinas ni princesas, sólo personas. Con el diseño quería capturar el movimiento y la ligereza en un solo fotograma», explicó Pierpaolo al portal de modas Fashion Network.
 
«Como el último vestido de gasa lavada que llevaba Vittoria Ceretti y que parecía que lo llevaba el viento. Quería algo supersencillo y que se viera sin esfuerzo», añadió, refiriéndose al look final que ondeaba con gran encanto.


 
Las canciones de Antony And the Johnsons musicalizaron el suntuoso andas de las maniquies que con su andar nos brindaron un momento lleno de romanticismo y aflicción. Piccioli recorrió la pasarela con todo su atelier, compuesto por más 80 empleados.

El desfile de Valentino nos deja show, ganas de reinventarse ,propuestas frescas y un merecido aplauso a este icónico evento.