
Un viaje culinario por España: Más allá de la tortilla y la paella
La gastronomía del continente europeo destaca por sus diversas representaciones, desde los típicos platillos de pasta en Italia hasta el ratatouille en Francia, la comida española ha encontrado su lugar entre este amplio mundo gastronómico. Cada platillo de esta nación es el reflejo de su geografía, su historia y su rica diversidad cultural. Más que una cocina unificada, es un mosaico de sabores regionales, donde cada provincia y comunidad autónoma representa sus tradiciones culinarias, basándose en la dieta mediterránea y los productos locales de la más alta calidad.
La esencia de la cocina española está basada en su conexión con la tierra y el mar. En el norte, las costas del Atlántico nos presentan platos como el famoso Pulpo a la gallega. Este se prepara cociendo el pulpo hasta alcanzar la ternura ideal, para luego servirlo sobre patatas cocidas, aderezado con un toque de pimentón, sal marina y un chorrito de aceite de oliva.
Por otro lado, tenemos la Fabada asturiana, un guiso de judías blancas con chorizo, morcilla y panceta. Mientras que, en Madrid, el Cocido madrileño destaca por su combinación de garbanzos, diversas carnes y verduras, se sirve en tres «vuelcos», permitiendo al comprador degustar por separado del caldo, las verduras y las carnes.
Iconos nacionales
Algunos platos se han convertido en la carta de presentación de la gastronomía española, con sus orígenes regionales, estos se han convertido en símbolos de la identidad culinaria del país. La Tortilla de patatas lidera este ranking, su origen, que se remonta al siglo XVI, ha generado un debate eterno: ¿con cebolla o sin cebolla? A pesar de las disputas, sigue siendo un plato típico en los hogares y restaurantes de España.
La paella, por su parte, es la embajadora de la cocina valenciana y se ha consolidado como uno de los platillos más reconocidos de la cocina española a nivel mundial. Aunque muchos la asocian con mariscos, la versión original, es una mezcla de pollo, conejo y verduras frescas, cocinada lentamente en una gran sartén de acero.
Aperitivos tradicionales
La cultura de las tapas es otro elemento clave de la gastronomía española: es por ello que las croquetas se convierten en las protagonistas de esta sección. Estas crujientes frituras, con su interior bechamel, son ideales para compartir, ofreciendo diversas variaciones, desde las clásicas de jamón serrano hasta las de mariscos o pollo.
Para cerrar la comida, los postres españoles poseen un platillo ideal para cualquier hora: los churros. Estos dulces fritos, crujientes por fuera y esponjosos por dentro, se sirven espolvoreados con azúcar y son el complemento ideal para una taza de chocolate caliente, un complemento necesario para las épocas de invierno.
La gastronomía española es un viaje de sabores, texturas, historia y cultura, donde cada plato cuenta la narrativa de su tierra y su gente, invitando a todo el mundo a descubrir el arte que hay detrás de cada platillo, según reseña Chovi.com