
Un amor que desafía la tradición: La boda de la princesa Marta Luisa de Noruega y el chamán Durek Verret
La princesa noruega Marta Luisa, hija mayor del rey Harald y la reina Sonia, ha sorprendido al mundo con su reciente matrimonio con Durek Verret, un autoproclamado chamán estadounidense, en una ceremonia llena de controversias y singularidades. Tras años de atención mediática y múltiples polémicas, la pareja selló su amor en un evento celebrado en la pintoresca localidad de Geiranger, rodeada de impresionantes paisajes naturales.
La boda se llevó a cabo el pasado sábado 31 de agosto y reunió a una mezcla ecléctica de 350 invitados, que incluyó desde miembros de la realeza europea hasta influencers y estrellas de la televisión. Este selecto grupo fue parte de tres días de festividades que culminaron con una ceremonia en una gran carpa blanca frente a las montañas y el fiordo, lo que le otorgó un toque mágico al evento.
Marta Luisa, de 52 años, ha sido siempre una figura singular en la familia real noruega. Se presenta como clarividente y experimentadora del esoterismo, llevando su intuición y creencias al ámbito público a través de libros y talleres. Por su parte, Durek Verret, de 49 años, se describe a sí mismo como un ”chamán de sexta generación” y es conocido por sus inusuales prácticas que incluyen la venta de un controvertido medallón “salvador”, reseña el medio La Nación.
La elección de vender los derechos de las fotografías de su boda a la revista británica Hello! Y los derechos cinematográficos a Netflix generó un fuerte debate en Noruega. Muchos medios criticaron esta decisión, argumentando que va en contra de las costumbres locales y la reserva que tradicionalmente rodea los eventos de la realeza.
En la ceremonia, la princesa lució un elegante vestido de novia color marfil, complementado por la tiara del Rey Olav, un regalo de su cumpleaños. Durek, por su parte, optó por un esmoquin negro adornado con detalles dorados, en un guiño a la moda cortesana del siglo XVIII. Entre los asistentes, el rey Harald y la reina Sonia hicieron acto de presencia, junto a otros miembros de la familia real, reafirmando así el apoyo a su hija en este camino poco convencional.
La princesa noruega Marta Luisa, hija mayor del rey Harald y la reina Sonia, ha sorprendido al mundo con su reciente matrimonio con Durek Verret, un autoproclamado chamán estadounidense, en una ceremonia llena de controversias y singularidades. Tras años de atención mediática y múltiples polémicas, la pareja selló su amor en un evento celebrado en la pintoresca localidad de Geiranger, rodeada de impresionantes paisajes naturales.
La boda se llevó a cabo el pasado sábado 31 de agosto y reunió a una mezcla ecléctica de 350 invitados, que incluyó desde miembros de la realeza europea hasta influencers y estrellas de la televisión. Este selecto grupo fue parte de tres días de festividades que culminaron con una ceremonia en una gran carpa blanca frente a las montañas y el fiordo, lo que le otorgó un toque mágico al evento.
Marta Luisa, de 52 años, ha sido siempre una figura singular en la familia real noruega. Se presenta como clarividente y experimentadora del esoterismo, llevando su intuición y creencias al ámbito público a través de libros y talleres. Por su parte, Durek Verret, de 49 años, se describe a sí mismo como un ”chamán de sexta generación” y es conocido por sus inusuales prácticas que incluyen la venta de un controvertido medallón “salvador”, reseña el medio La Nación.
La elección de vender los derechos de las fotografías de su boda a la revista británica Hello! Y los derechos cinematográficos a Netflix generó un fuerte debate en Noruega. Muchos medios criticaron esta decisión, argumentando que va en contra de las costumbres locales y la reserva que tradicionalmente rodea los eventos de la realeza.
En la ceremonia, la princesa lució un elegante vestido de novia color marfil, complementado por la tiara del Rey Olav, un regalo de su cumpleaños. Durek, por su parte, optó por un esmoquin negro adornado con detalles dorados, en un guiño a la moda cortesana del siglo XVIII. Entre los asistentes, el rey Harald y la reina Sonia hicieron acto de presencia, junto a otros miembros de la familia real, reafirmando así el apoyo a su hija en este camino poco convencional.