The devil wears Prada 2: Miranda Priestly se renueva sin perder su esencia

The devil wears Prada 2: Miranda Priestly se renueva sin perder su esencia

El personaje interpretado por Meryl Streep ha experimentado un notable cambio en su estilo durante las grabaciones de esta secuela, demostrando que la evolución no tiene porqué sacrificar la identidad de aquellos apasionados de la moda. Manteniendo los elementos que la definen, como sus lentes y tacones, Miranda ha adaptado su vestuario a las tendencias actuales, optando por una estética más fluida, ligera y moderna, según reseña Vogue.mx

Atrás quedaron los voluminosos abrigos de pieles que eran arrojados a los escritorios de sus asistentes. La nueva Miranda se adapta a la moda con una conciencia diferente, optando por prendas más sobrias pero chic. Este cambio no solo refleja una adaptación a la modernidad, sino que también destaca una evolución en su personaje, sugiriendo un carácter que ahora se expresa con un estilo más sutil.
Un detalle que simboliza este cambio es la sustitución de su característico maxibolso por accesorios más sutiles. Ya no necesita el volumen de una cartera para proyectar poder; ahora, su presencia genera un dominio que podría indicarnos la línea que tomará su personaje en esta secuela que sigue la vida de la editora de la revista de moda Runway y sus asistentes.

Por su parte, este nuevo look es un reflejo del minimalismo contemporáneo de la actualidad. Se le ha visto con un pantalón de estilo marinero, una blusa blanca plisada y un abrigo camel. Esta combinación, que podría parecer sencilla para muchos, demuestra una sofisticación más moderna, donde cada pieza ha sido elegida para crear un efecto de elegancia «despreocupada». De hecho, su característico peinado, aunque mantiene el estilo voluminoso, ahora luce más ligero y sobrio, completando la imagen de una mujer vanguardista y relevante.

La renovación del personaje de Miranda Priestly es una lección de cómo el estilo es capaz de adaptarse casi dos décadas después de su primera película. Asimismo, este cambio nos enseña que la elegancia no reside en la exuberancia, sino en la capacidad de adaptarse y evolucionar, manteniendo siempre la esencia que nos define. Miranda demuestra que se puede seguir siendo un icono gracias a la innovación y modernización de la moda.