
Lugares que quizás no conocías: Desde ciudades sin sol hasta el cementerio espacial en Punto Nemo
Nuestro Planeta Tierra está compuesto de escenarios especiales, algunos con una singularidad característica, otros de una rareza inexplicable, y unos pocos, de un aislamiento que se acerca a lo extraterrestre. Más allá de los destinos turísticos habituales, existen rincones que desafían la comprensión y nos recuerdan la diversidad del mundo.
Para comenzar este viaje tenemos como ejemplo la ciudad de Rjukan en Noruega. Ubicada en un valle, esta población se enfrenta a un desafío cada cierto tiempo: no recibe luz solar directa durante seis meses al año. Sus habitantes, sin embargo, han encontrado una solución para este fenómeno a través del uso de espejos, conocidos como «soles», que reflejan la luz del sol en la plaza principal.

En un polo opuesto, la isla de Svalbard en el Ártico noruego alberga un lugar que posee gran relevancia global: la Bóveda Global de Semillas de Svalbard. Este búnker actúa como un arca de Noé botánica, almacenando duplicados de granos de cultivos de todo el mundo. Este espacio es considerado uno de los puntos más seguros del mundo y está diseñado para resistir catástrofes naturales o provocadas por el hombre.

Sin embargo, este recorrido no termina ahí, desde otro punto territorial tenemos el volcán Kawah Ijen en Indonesia, sus fumarolas emiten gases sulfúricos que, al entrar en contacto con el aire a altas temperaturas, arden con una llama de color azul eléctrico. Este fenómeno es una manifestación química que transforma el paisaje de este cráter en algo surrealista.

En la amplia diversidad territorial que tiene nuestro Planeta, podemos encontrar un lugar considerado el más remoto de la Tierra, un cementerio de naves espaciales. Universalmente conocido como Punto Nemo, este no es un espacio que se pueda visitar fácilmente, de hecho, es la localización más alejada de cualquier tierra firme en el universo.
Ubicado en el Océano Pacífico Sur, la tierra más cercana a este punto es la Isla Ducie, a una distancia de 2.688 kilómetros. Para que puedan tener una perspectiva más clara, en este punto uno está más cerca de los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional que de cualquier otro ser humano en tierra firme. Esta ubicación lo convierte en el lugar más solitario e inhabitable de la Tierra.
Con una profundidad de aproximadamente 3.700 metros, la vida marina en esta región es mínima. Asimismo, el aislamiento geográfico significa que las corrientes oceánicas no pueden llevar nutrientes desde las costas, y la ausencia de tierra firme disminuye el flujo de materia orgánica, creando un desierto biológico.

Este escenario ha sido designado como el cementerio de naves espaciales. Cuando una estación espacial completa su vida útil es dirigida hacia este remoto punto del océano. El objetivo es asegurar que los restos caigan en un área donde no representen riesgo para la población o el medio ambiente, evitando así la contaminación de otras zonas oceánicas o terrestres.
Tanto el Punto Nemo, así como la Bóveda Global de Semillas, la ciudad de Rjukan y el volcán de Kawah Ije, son considerados más que simples escenarios geográficos. Es un ejemplo de que los lugares más remotos de la Tierra aún pueden desempeñar un papel crucial en nuestras actividades más avanzadas, mientras que aquellos que son habitados por diversas poblaciones se las ingenian para convivir con estos ambientes surrealistas, según reseña As.com
