
La sombra del 19 de septiembre: el día en qué la historia de México cambió
Cada año esta fecha se convierte en el recuerdo de los dos terremotos que, con 32 años de diferencia, sacudieron la nación mexicana. Esta narrativa comienza con el Gran Sismo de 1985, una época que transforma el sistema del país, y que desde entonces se ha transformado en un recordatorio de la vulnerabilidad de la sociedad ante los desastres naturales. A partir de este año, la realización del Simulacro Nacional destaca esta lección, preparando a la población para reaccionar ante lo puede ser impredecible, según reseña Record.com
Para comenzar está narrativa debemos viajar hasta 1985, el día que cambió a México. Era aproximadamente las 7:19 a.m. del 19 de septiembre, cuando un terremoto de magnitud 8.1 con epicentro en las costas de Michoacán marcó un antes y un después en la historia del país. Por casi cuatro minutos, la tierra se sacudió con una fuerza nunca antes vista en la nación mexicana, provocando el colapso de edificios en la Ciudad de México y dejando a la capital en un estado de vulnerabilidad. La infraestructura crítica, incluyendo hospitales, escuelas y sistemas de comunicación colapsó, exponiendo la fragilidad de los mecanismos de respuesta ante tragedias.
Aunque la cifra oficial de decesos fue de 3,962, los cálculos no oficiales indican un aproximado entre 10,000 y 20,000 víctimas. Asimismo, la magnitud de la tragedia impulsó a la sociedad civil a convertirse en las brigadas de rescate, este acto de solidaridad se convirtió en el motor para la creación de un sistema de protección civil con una mayor conciencia sismológica, sentando las bases de protocolos que en la actualidad son estándar a nivel mundial.
2017: La Historia se repite
El 19 de septiembre de ese año, la narrativa se repitió, pero en un contexto muy diferente. Exactamente 32 años después, a las 1:14 p.m., un sismo de magnitud 7.1 sacudió el centro del país mexicano. Aunque de menor magnitud que el de 1985, este terremoto también causó un daño significativo, afectando a más de 1,800 edificios y cobrando la vida de 370 personas a nivel nacional.
Ciudad de México, con 228 decesos
Morelos, con 74 decesos
Puebla, con 45 decesos
Estado de México, con 15 decesos
Guerrero, con 6 decesos
Oaxaca, con 1 deceso
Muchas de las edificaciones afectadas eran de valor histórico, lo que evidenció la necesidad de mejorar no solo las regulaciones de construcción, sino también los protocolos para estructuras antiguas. A diferencia de 1985, la respuesta en 2017 se caracterizó por una organización más preparada, con una población mejor informada y un sistema de protección civil considerado de los mejores del mundo. Por su parte, la solidaridad ciudadana estuvo presente en cada situación, con miles de voluntarios acudiendo a las zonas de desastre.
Después de 40 años el 19 de septiembre se consolida como una fecha con un amplio significado para la población mexicana: un recordatorio de que la prevención y los simulacros pueden ser la mejor herramienta ante los desastres naturales. Aunque no se puede predecir cuándo ocurrirá el próximo terremoto, México ha aprendido de sus experiencias para construir una sociedad mucho más preparada ante lo impredecible.