El Secreto de la Tumba de Tutankamón: Una posible cura para la Leucemia

El Secreto de la Tumba de Tutankamón: Una posible cura para la Leucemia

Durante la década de 1920 el descubrimiento de la tumba de Tutankamón por el egiptólogo Howard Carter, consolidó una época que fue marcada por la Gran Guerra. Este momento histórico más allá de ser una gran noticia, dio inicio a una temporada de muertes extrañas. La historia narra que trece arqueólogos de la expedición fallecieron de forma inexplicable, dando origen a la leyenda de la «maldición del faraón».

Esta narrativa nos cuenta una leyenda que señala que las muertes se deben a la ira de los antiguos dioses egipcios. Pero décadas después, la ciencia explicó la realidad detrás de la historia: el hongo Aspergillus flavus. Este microorganismo, encontrado en materia orgánica en descomposición, es considerado como el verdadero culpable detrás de las muertes. Por otro lado, se conoce que esté compuesto puede causar aspergilosis, una infección pulmonar grave que, en un ambiente con polvo como una tumba milenaria, podría haber sido letal para los exploradores.

¿Una posible cura?

En la actualidad, el Aspergillus flavus es considerado un posible anticancerígeno que aún se encuentra en estudio. Por su parte, lejos de ser solo un agente patógeno, este hongo podría tener la respuesta para combatir enfermedades tan devastadoras como la leucemia.

Un estudio de la Universidad de Pensilvania ha mostrado una prometedora línea de investigación. Los científicos «lograron aislar cuatro compuestos novedosos» denominados asperigimicinas, de diferentes cepas de Aspergillus. Lo más destacable es que dos de estos compuestos mostraron una eficacia importante contra las células de leucemia en pruebas de laboratorio.

Parte del estudio demostró que al modificar químicamente uno de estos compuestos, los investigadores observaron un aumento en su actividad anticancerígena. Esta versión mejorada de la asperigimicina demostró una efectividad comparable a la de fármacos de quimioterapia ya aprobados para el tratamiento de la leucemia. “Saber que los lípidos pueden influir en cómo este gen transporta compuestos al interior de las células nos proporciona una herramienta adicional para el desarrollo de fármacos”, indica Qiuyue Nie, ingeniería biomolecular de la UPenn.

Las investigaciones realizadas a través Aspergillus flavus han demostrado que la ciencia continúa en su búsqueda para encontrar una cura a enfermedades tan complejas como la leucemia. Este giro de los acontecimientos nos recuerda que incluso las historias más antiguas pueden generar descubrimientos innovadores, que pueden cambiar la narrativa de nuestra actualidad, según reseña Infobae.