
El Lago de Maracaibo: Un Tesoro Natural y Cultural de Venezuela
El Lago de Maracaibo, situado en el estado Zulia, es el cuerpo de agua más extenso de Sudamérica y un fenómeno singular en la geografía mundial. Con dimensiones que alcanzan hasta 110 kilómetros de ancho y 160 de largo, este lago abarca unas 13,820 kilómetros cuadrados, presentando costas de 728 kilómetros y una profundidad máxima de 50 metros durante la temporada de lluvias.
Lo que hace al Lago de Maracaibo verdaderamente extraordinario es su conexión con el mar, siendo el único lago en el mundo que experimenta mareas marítimas en sus aguas salobres, a pesar de estar rodeado por múltiples ríos, como el Catatumbo, Chama y Escalante, que aportan agua dulce al sistema. Esta característica única no solo enriquece su biodiversidad, al albergar una amplia variedad de especies, sino que también contribuye a su considerable riqueza petrolífera, ya que de sus profundidades se extrae la mayor parte del crudo de Venezuela.
La formación de la cuenca del lago se debe a la elevación de las cordilleras de Perijá y los Andes, que se alzan dramáticamente sobre la vasta llanura que lo rodea. Con una antigüedad geológica que varía entre 20 y 36 millones de años, este lago es considerado el segundo reservorio más antiguo del planeta.
El Lago de Maracaibo fue descubierto el 24 de agosto de 1499 por el navegante español Alonso de Ojeda, quien, junto a Juan de la Cosa y Américo Vespucio, quedó cautivado por su majestuosidad. Inicialmente bautizado como san Bartolomé en honor a un santo, fue rebautizado como Nuestra Señora por Ambrosio Alfinger, quien fundó la ciudad de Maracaibo el 8 de septiembre de 1529, dándole así su nombre actual.
Este estuario es también famoso por ser la cuna del fenómeno meteorológico del relámpago del Catatumbo, que ilumina el cielo zuliano con su incesante actividad. Maracaibo es un verdadero símbolo de riqueza cultural y natural en Venezuela, que continúa fascinando a locales y visitantes por igual.
Fuente: EcuRed