
¿Dulce o truco?: El origen del Halloween
La noche de brujas se consolida como una de las festividades más celebradas a nivel mundial. En esta narrativa anual, millones de personas se preparan para transformar sus hogares en escenarios tenebrosos, ponerse disfraces creativos y, para los más pequeños, salir a las calles a pedir golosinas. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que esta festividad moderna tiene raíces milenarias que se extienden hasta la antigua tradición.
El origen de Halloween se consolidó en el festival celta de Samhain, una celebración que se llevaba a cabo hace más de 2,000 años en Irlanda, Reino Unido y el norte de Francia. Samhain, que significa «fin del verano», marcaba un momento destacable: el fin de la cosecha y el cambio a invierno, un periodo que era asociado con la muerte.
Los celtas creían que, en la noche de Samhain, la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos «se volvía borrosa». Esta creencia señalaba que los espíritus, tanto benévolos como malévolos, podían regresar a la Tierra. Para honrar a sus ancestros y protegerse de los espíritus malignos, los celtas desarrollaron una serie de rituales. Encendían hogueras sagradas, a menudo quemaban cosechas y animales como sacrificios, y usaban disfraces hechos con pieles de diversas especies, para alejar a los espíritus.
Transformación en América
Con la expansión del Imperio Romano, las costumbres de Samhain se mezclaron con otras festividades y tradiciones locales. Sin embargo, el gran impulsor que transformaría Samhain en el Halloween moderno fue la migración de europeos, especialmente irlandeses y escoceses, a Estados Unidos en el siglo XIX. Rápidamente, la celebración comenzó a popularizarse en la sociedad estadounidense, evolucionando de pequeños festejos a un evento a nivel nacional.
Símbolos icónicos
Las calabazas talladas: La tradición original celta buscaba tallar remolachas. En Estados Unidos la calabaza demostró ser más abundante y fácil de tallar, convirtiéndose en la linterna que ilumina las entradas de los hogares.
El «Truco o Trato»: Esta costumbre, conocida como trick-or-treating, es parte de la tradición antigua. Originalmente, durante las festividades de Samhain en Europa, las personas se disfrazaban y, a cambio de comida o dinero, ofrecían una actuación.
Las fiestas de disfraces: Las reuniones con temática de disfraces se establecieron como la forma en que los adultos celebran la noche, manteniendo viva la esencia de los atuendos protectores de los celtas.

Desde las películas de terror que se estrenan para la temporada, los festivales de calabazas hasta las decoraciones de casas y las fiestas de disfraces, Halloween demuestra cómo una tradición ancestral puede evolucionar y adaptarse, manteniendo su espíritu de misterio y diversión a lo largo de los siglos. El 31 de octubre continúa siendo para muchos la noche mágica entre lo cotidiano y lo inimaginable, donde la fantasía se une con los dulces, una fusión que sigue influyendo en nuestra historia y tradición, según reseña Perfil.com
