
Explorando el océano: Los museos submarinos del mundo
El arte es la representación de los sueños, las emociones, los miedos y las ideas que un autor quiere transmitir a través de sus creaciones. En el mundo existen cientos de miles de galerías, que diariamente exponen diversas obras que cuentan una historia a través de su silueta, color o textura, lo mismo ocurre en el fondo del mar. El océano es tan amplio y profundo que tiene la capacidad de albergar museos submarinos creados para aquellos que deciden ir más allá de la superficie. Algunos se han formado de manera natural a partir de naufragios, mientras que otros son meticulosamente creados por la mano humana.
El pionero en este campo es el escultor y ecologista británico Jason deCaires Taylor, un artista que ha transformado el fondo marino en lienzos para sus diversas obras de arte. Su visión es utilizar el “arte para la restauración de arrecifes de coral dañados”, proporcionando un hábitat para la diversidad de especies marinas. Entre sus obras más destacadas tenemos el Museo de Esculturas Submarinas en Granada, en el Mar Caribe, un proyecto que demostró que las esculturas podían actuar como arrecifes artificiales, atrayendo la vida marina.
Sin embargo, su obra más reconocida es el Museo Subacuático de Arte (MUSA), ubicado al sur de Isla Mujeres, México. Este espacio cuenta con «más de 400 esculturas distribuidas en 150 metros cuadrados, MUSA no es solo una galería, sino un experimento de cómo el arte puede tener un papel importante en la conservación. Sus esculturas de pH neutro se cubren con algas y corales, transformándose con el tiempo en parte del paisaje submarino.
El éxito de este escenario llevó a Taylor a expandir su perspectiva a otros continentes. En 2016, el artista abrió el Museo Atlántico Lanzarote en las Islas Canarias, el cual es considerado el primer museo submarino en el Océano Atlántico y el único en Europa. Este lugar, con esculturas inspiradas en la historia de los habitantes de la isla, no solo es una obra artística sino también un símbolo de la relación entre la humanidad y el mar.
Por su parte, el Museo de Arte Submarino de Australia cuenta con veinte estatuas en dos zonas diseñadas para diferentes públicos. Por un lado, tenemos un espacio creado para buceo, mientras que por otro, encontramos un escenario ideal para el esnórquel. Esta iniciativa permite que un amplio público pueda disfrutar de las obras de la Gran Barrera de Coral.
Estos museos submarinos son una muestra de cómo el arte se puede adaptar a cualquier espacio, logrando volverse relevante en cualquier ubicación que esté. Estos espacios no son solo lugares para admirar obras, sino escenarios que evolucionan con su entorno, mientras ofrecen una experiencia única y una perspectiva diferente que busca preservar y cuidar nuestros océanos, según reseña Larazón.com