
Cómo el descubrimiento de la penicilina cambió la medicina
La historia de este revolucionario antibiótico está ligada al nombre de Alexander Fleming, un científico nacido en Escocia, cuyo hallazgo en 1928 revolucionó la microbiología médica. Sin su observación, el reconocimiento que hoy se le otorga a Fleming, y el beneficio que la penicilina ha traído a la vida y salud de los seres humanos, quizás nunca habrían sido una realidad.
Nacido el 6 de agosto de 1881 en Escocia, Fleming inició un recorrido que lo llevaría de las tierras altas a los centros de investigación de Londres dónde inició este experimento. Desde los trece años, se trasladó a la capital inglesa, donde se formó en medicina en St. Mary’s Hospital Medical School. Asimismo, su curiosidad científica fue la clave de su éxito, pues, en 1922 había logrado un descubrimiento destacable con la lisozima,» una enzima natural que demostró tener propiedades protectoras contra las infecciones». Este hallazgo, aunque no tan conocido como el de la penicilina, ya posicionaron a Fleming como un científico con una capacidad necesaria para investigar los misterios del cuerpo humano.
Durante 1928, tras un periodo de vacaciones, Fleming regresó a su laboratorio donde se encontró que una de sus «placas de cultivo bacteriano», en la que había colonias de estafilococos, estaba contaminada por un moho. Al observar este experimento, notó que alrededor de la zona donde el hongo había aumentado, las bacterias no solo no crecían, sino que parecían haber sido eliminadas. Por su parte, este científico identificó al intruso como un hongo del género Penicillium, este nombre posteriormente denominó a la sustancia activa que se producía como penicilina.
Por medio de estos medios, Fleming dedicó a una serie de experimentos para confirmar y comprender los beneficios de la penicilina. Tras su investigación, documentó cada uno de sus descubrimientos, probando su capacidad para combatir «diversas bacterias patógenas». Sus publicaciones, aunque detalladas, no lograron el reconocimiento que merecían y que obtendrían tiempo después, lo que llevó a la penicilina como un simple descubrimiento en un laboratorio. Sin embargo, quince años después este proyecto se convertiría en un medicamento de uso común, pero con gran importancia dentro de la medicina.
A medida que otros científicos, como Howard Florey y Ernst Chain, desarrollaron métodos para producir la penicilina en mayor número logrando que fuera apta para el uso médico, su uso fue destacable especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando salvó las vidas de soldados heridos. Años después el reconocimiento llegaría para honrar el trabajo de Alexander Fleming, quien recibió el título de Sir, y al año siguiente, compartió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina con Florey y Chain, consolidando su lugar como una de las figuras más influyentes en la historia de la medicina, según reseña NacionalGeographic.com