
8 de Septiembre: Venezuela celebra a la Virgen del Valle, patrona del Oriente y de los pescadores
Miles de venezolanos se congregan en la isla de Margarita para rendir homenaje a una de las advocaciones marianas más queridas del país: la Virgen del Valle. Esta fecha, que coincide con la festividad católica de la Natividad de la Virgen María, marca el punto culminante de una tradición que ha unido fe, cultura e historia durante casi cinco siglos.
Origen de la devoción
La historia se remonta en Venezuela en el siglo XVI, cuando colonos españoles trajeron una imagen de la Inmaculada Concepción a Nueva Cádiz, en la isla de Cubagua. Tras un huracán que destruyó la ciudad en 1541, la imagen fue hallada intacta entre los escombros, lo que fue interpretado como un signo divino. Posteriormente, fue trasladada al Valle del Espíritu Santo en Margarita, donde se erigió su santuario. Además, con el tiempo, esta figura religiosa adquirió identidad propia y se convirtió en protectora de los pescadores, marineros y comunidades costeras. Su culto se extendió por todo el oriente venezolano y hoy es considerada también patrona de la Armada Nacional. Menciona, La República.
Celebraciones en 2025
Este año, la Arquidiócesis de Nueva Esparta organizó una serie de actos litúrgicos que comenzaron con una misa de medianoche en la Basílica Menor del Valle del Espíritu Santo, presidida por el presbítero Marlon Díaz. La imagen fue vestida con un traje beige bordado por el artista José Gregorio Valencia, donado por un devoto en agradecimiento por un milagro recibido. Asimismo, durante el día, se celebraron misas a distintas horas, incluyendo la Eucaristía Pontifical presidida por el nuncio apostólico, monseñor Alberto Ortega Martín. Indica el periódico, El Nacional.
Esta celebración representa una manifestación religiosa de larga tradición, con raíces históricas que se remontan al período colonial. En el estado Nueva Esparta, esta fecha convoca a miles de personas que participan en actividades litúrgicas, procesiones y encuentros comunitarios, consolidando su papel como figura central en la vida espiritual del oriente venezolano. A su vez, la jornada combina elementos religiosos, culturales y sociales, y se ha mantenido vigente a través de generaciones. Su reconocimiento institucional como patrona regional y de la Armada Nacional refuerza su presencia en el imaginario colectivo, mientras que las prácticas asociadas a su culto continúan adaptándose al contexto contemporáneo sin perder su carácter simbólico.