6 de agosto de 1945: el día en que Hiroshima cambió para siempre

6 de agosto de 1945: el día en que Hiroshima cambió para siempre

La Segunda Guerra Mundial expuso varios escenarios que marcaron no solo la historia moderna del mundo, sino también de Japón, uno de los implicados en el conflicto bélico. El lunes 6 de agosto a las 8:15 de la mañana, un avión B-29 Enola Gay liberó una nueva arma de destrucción masiva, la cual dejaría una cicatriz en la región que aún se mantiene presente 80 años después.

La bomba, conocida como «Little Boy», se convertiría en una de los hechos más devastadores de la historia. Con un peso de 4,400 kilogramos y un núcleo de uranio, esta arma representaba el avance de la tecnología bélica para la época. La explosión, que ocurrió a más de 450 metros sobre la ciudad, “liberó una fuerza destructiva equivalente a 15,000 toneladas de TNT”. Las ondas de choque inicial “pulverizaron instantáneamente 8 kilómetros cuadrados” de la ciudad, destruyendo aproximadamente el 70 % de los edificios de la localidad.

Hasta la actualidad se estima que, solo para finales de 1945, unas 140,000 personas murieron a causa del bombardeo, aunque esta cifra ha variado durante los años. Los que sobrevivieron al estallido inicial padecieron las consecuencias del ataque. Miles de personas quedaron atrapadas bajo los escombros de sus hogares, mientras que la radiación comenzaba su trabajo silencioso.

Un sistema de salud colapsado

Los médicos y enfermeras de la ciudad formaron parte de los afectados, algunos fallecieron en el ataque, mientras que otros resultaron heridos. Los hospitales eran inutilizables, ya que no contaban con el personal para atender a los heridos, complicó aún más la situación.

La radiación liberada por la explosión se convirtió en otro problema a largo plazo, los efectos radiactivos provocaron un aumento significativo en los casos de leucemia y otros tipos de cáncer en las décadas siguientes. Los hibakusha (los supervivientes) han dedicado sus vidas a contar sus historias para que el mundo nunca olvide el momento que cambió a su civilización. Asimismo, se estima que quedan aproximadamente 360.000 hibakusha, “los cuales la mayoría, antes o después, han sufrido desfiguraciones físicas y otras enfermedades provocadas por la radiación tales como cáncer y deterioro genético”.

Hoy, 80 años después, la ciudad de Hiroshima se ha reconstruido, y se ha convertido en un símbolo de resiliencia y paz. “El Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima”, construido en el epicentro de la explosión, sirve como un lugar de reflexión, donde no se olvida aquellas vidas que se perdieron y la historia detrás de cada hibakusha que continúa sobreviviendo al recuerdo de aquel 6 de agosto que cambió la historia de Japón y del mundo, según reseña National Geographic.